Acampar, una experiencia para vivir y reconocer

Acampar es regresarnos al contacto con la naturaleza, con la madre tierra, con nuestro origen. Es un viaje que nos lleva a conocernos, a disfrutarnos desde otra perspectiva; sin importar nuestra edad, género o el lugar del cual venimos. Es una aventura que nos permite reprender la experiencia de vivir, de fluir, de gozar con lo mínimo, contigo mismo, con lo que nos rodea.

El hecho simple de alejarse algunos minutos de la civilización, del asfalto, del tráfico de cada día, de los espacios claustrofóbicos llenos de gente. Permitirse entrar en la verde tranquilidad, en ese sutil silencio al que no estamos acostumbrados estando rodeados de la inmensa naturaleza llena de vida, adentrarnos en ella contentos pero alertar de lo desconocido, sentir su magia en los paisajes, respirar su abundancia y frescura en el oxígeno, sentir como todo fluye sin conflicto; y si a eso, le agregamos el salir con el mínimo equipaje (sin cargar de más), dormir sobre la madre tierra, quitarnos la sensación de incomodidad de nuestra mente, aprovechar al máximo el lugar y saborear alimentos caseros y deliciosos que en convivencia nuestren el alma, es darnos la gran oportunidad de vivir diferente, es darnos cuenta que no necesitamos mucho para disfrutar. Es retomar la simpleza en nuestro vivir.

Uno de los grandes logros de esta experiencia es vivir y gozar el aquí y el ahora. Estar contigo mientras pareciera que no sucede nada y sin embargo la magia sucede dentro de todo lo que nos rodea y a cada instante. No hay palabras que puedan definir esta experiencia, simplemente se tiene que vivir y reconocer.

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