Inhala lo elemental
INHALA; el lugar donde se siente como todo conecta. Aunque sea por un momento, es posible experimentar y disfrutar la vida al máximo de la manera más fundamental, a través de lo elemental. No me refiero solo a lo natural del bosque; en este lugar vive una familia cuyo objetivo se ha hecho compartir con sus visitantes todos los beneficios de conectar con la naturaleza.
En mi experiencia de fin de semana, tuve la oportunidad de conocer a la familia Rubalcaba, quienes me demostraron que su motivación para consentir a sus visitantes, es el resultado del balance adecuado de los elementos (sus fortalezas), como lo dice la romántica definición de la Ley de Lavoisier “La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Cada uno con su forma tan única de ser y su conexión tan intrínseca con su elemento natural, contribuye a la realización de este sueño el cual se encuentran en perfecta armonía, para estar, sanar, compartir, aprender, e incluso crear. Don Jorge, el fuego hacedor de la realidad; Doña Silvia, el agua que provee de vida y salud a quienes la rodean; Tánima, la tierra que da fuerza y estabilidad para forjar el sueño en medio del bosque; y Mali, el aire que junto con él trajo la esperanza de un templo que representa el arte y el amor de la vida. A través de sus vidas, han transformado este hito de la naturaleza en un santuario donde el fuego, el agua, la tierra y el aire convergen para construir y procurar un gran espacio en medio de montes y grandes parcelas.
En INHALA existe la libertad de encontrarse a uno mismo en un hogar de retiro, donde siempre serás bienvenido, para descubrir que las angustias en el mundo pasarán; las cosas serán mejores eventualmente y vale la pena ser paciente, pero también creativo. Ellos te guiarán y ayudarán a disfrutar en todo momento del oasis natural plenamente y encontrar la oportunidad de respirar profundamente, tener un momento para pensar e ingeniar nuevas maneras de vivir la vida y disfrutarla sin prejuicios y sin barreras. Tiene una recompensa para nuestra vida y la salud mental rodearnos de aire fresco y caminar por el cerro, recolectar frutos naturales y luego regresar a degustar una comida casera realizada con materias primas de la localidad; compartir un rato de diversión, conocer y aprender de la vida de los otros; inspirarte y dedicarle tiempo a crear una bella obra de arte; motivarte y simplemente descubrir la belleza del campo abierto, donde la libertad de correr a cualquier dirección ayuda a sentir la vida como un gran regalo, con infinitas posibilidades. Finalmente, concluir un magnífico sueño hecho realidad viendo las estrellas junto a una fogata, los demás aventureros que formen parte del viaje, y los creadores de INHALA.
Escrito y fotos por @maryseplarios