El contacto con la naturaleza para entender el mundo y a nuestra propia existencia
A lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos valido de la naturaleza para tratar de entender al mundo y a nuestra propia existencia. Antiguamente la humanidad se reconocía como parte de la naturaleza y vivía en unión con ella. Lo natural y lo supernatural estaba fusionado, por lo tanto, cualquier elemento del entorno podía servir como puente con lo supernatural y/o divino.
Hasta hace no mucho tiempo, nuestra vida, seguridad y bienestar dependían de nuestra capacidad de observar y percibir los cambios, señales y fenómenos en el entorno, por sutiles o grandes que éstos fueran. En este sentido, los animales se volvieron grandes aliados pues con sus comportamientos nos podían alertar sobre algún peligro o cambio relevante y las plantas podían indicarnos -entre otras cosas- aspectos importantes sobre el clima. Poco a poco nos fuimos alejando de la naturaleza y desconectando de sus ritmos y ciclos, llegando incluso a creer que podemos vivir de manera independiente a ella. En este proceso perdimos muchísima información y sabiduría y olvidamos también muchas habilidades que habíamos ido desarrollando durante milenios. Entre ellas, la capacidad de dialogar con la naturaleza.
Afortunadamente, al ir recobrando conciencia sobre la importancia de la conservación de la Tierra y el medio ambiente estamos recordando que no somos seres independientes ni superiores, sino que somos parte de ella. Al revalorizar nuestra conexión y relación con la naturaleza, la mirada ha ido regresando hacia las culturas, tradiciones y medicinas ancestrales, lo cual nos está abriendo nuevamente la posibilidad de entender la vida y nuestra existencia desde otras perspectivas más holísticas y menos superficiales.
Para conectar con esta otra “dimensión” del mundo natural hay que recobrar primero nuestra capacidad de observación y de atención presente. Es importante darle valor a nuestra intuición y dejar la mente a un lado para abrir lugar a nuestra sensibilidad y poder de percepción. Se requiere además la voluntad de soltar el control y de querer racionalizarlo todo o de meterlo dentro de los parámetros del pensamiento lineal o lógico. A veces el simple deseo de entrar en contacto con ese “otro” mundo teniendo una actitud de respeto, escucha y reverencia, puede ser suficiente para percibir lo que ocurre de una forma diferente.
Cuando entramos a ambientes naturales con la intención de ser uno más en ese espacio en el que no somos ni superiores ni inferiores, como si pidiéramos suavemente permiso de volver a casa, la naturaleza normalmente se abre a nosotros y nos recibe. Entonces nos será más fácil entender su lenguaje y recibir sus mensajes.
Estos mensajes e información provenientes de la naturaleza están siempre disponibles para quienes estén dispuestos a desarrollar -o más bien a recordar y despertar- esa capacidad de percepción interna y externa. Al principio esta nueva forma de atención puede requerir mayor esfuerzo de nuestra parte, pero con el tiempo esta habilidad podrá volverse fácil, natural y más refinada pues, como cualquier otra, requiere disposición, práctica y paciencia.
Existen algunas técnicas que nos ayudan a conectar con la dimensión incomprensible, espiritual o mágica de la naturaleza. En INHALA además de encontrar las condiciones ideales para volver a conectar con la naturaleza, tenemos varias actividades que te permitirán tener una experiencia más profunda, como nuestros Soul Camps, meditaciones guiadas y viajes de tambor chamánico.
Escrito por @reginaverduzco; Terapeuta y facilitadora.